jueves, enero 25, 2007

comentario flash: las mujeres en el soft-islam


con las feroces prevenciones de los grupos femenistas y de oriana fallaci venia a marruecos preparado para ver una continua degradación de las mujeres, al limite de lo tolerable. me he encontrado, sin embargo, con una situación muchísimo menos cruenta; especialmente respecto de lo "intrínsecamente machista" del Islam.

1. muchas mujeres ocupan el velo pero van maquilladas, se ven minas. No están abandonadas de la mano de Dios, sin añadir que usar el velo en marruecos no es obligación. Lo curioso es que ahora muchas usan otro velo -no el velo berebere típico-, el velo negro afgano que han visto por la TV. pfff, surrealista.

2. las mujeres marroquies manejan autos y motos, estudian y trabajan con pocos problemas, aunque obviamente es cierto que en menor numero y más trabas que los hombres.

3. la dote la da en marruecos el esposo a la esposa. A ella, no a su familia ni a su padre. Aunque persisten viejas costumbres, como que el visto bueno o "revisión tecnica" de la novia la hace su suegra en el baño marroqui, el hamam. Pero ojo, en las ciudades ya no exigen la virginidad de las novias.

4. En el islam siempre ha existido el divorcio y puede pedirlo cualquiera de los novios (esto en marruecos eh, que en egipto sólo el hombre).

5. En marruecos ya nadie practica la poligamia. Hasta el rey tiene sólo una esposa. En egipto, mas conservador, el presi tiene 2 esposas y chorromil amantes.


en síntesis, yo no podría decir que es el islam el problema como me dijeron alguno europeos por ahi. Esa no es la variable independiente.


matias

Beware the pickpocker

Es un detalle pequeño y curioso, pero en europa los trenes y buses llevan escrito un sencillo mensaje: "cuidado con el carterista". ¡Lo dicen! No es que sea un extraordinario y sofisticado método de prevención del delito o control de la tasa de criminalidad, pero en chile sería imposible que los lugares públicos nos previnieran de eventos así. Horror, sería reconocer que hay ladrones, delitos. Nuestras buenas conciencias no resistirían algo así.

Que el cartelito, representante del discurso institucional dijera aquello sería interpretado como que el delito se acepta sin que se haga nada para detenerlo y no como mero aviso de precaución.

Nombrar el delito es un delito cultural en sí.

A propósito, eso es cultura: distintas lecturas de un mismo texto.



matias