lunes, mayo 29, 2006

El Paro POP


a) La sensibilidad de la Gordi

El caso de los estudiantes movilizados es un buen ejemplo de los distintos tipos de liderazgo entre Lagos y Bachelet. No me cabe ninguna duda que Lagos en un dos por tres habría gritoneado a los estudiantes, les hubiera dicho "qué se creen que me van a venir a decir a mi que hacer" y hubiera desalojado los liceos al segundo día. Puede que al decir esto este subvalorando la sociedad civil, pero es que el rol de presidente en un país con alto contenido estatal, ese es un factor no menor.
Es decir, con Lagos el desacuerdo hubiese sido considerado un desafío a su potestad estatal. A mi parecer al menos, Bachelet ha colaborado implícitamente con el movimiento al darle tiempo y dejarlo madurar en vez de intervenir sus primeras y duditativas raíces (no nos veamos las cartas entre gitanos, cuando el Instituto Nacional, el José Miguel Carrera y el Liceo de Aplicación iniciaron el paro nadie daba un peso por ellos). Ya no es la PSU ni el pase escolar, es nuestra concepción global de la educación en Chile la que está en juego. Mejor aún, sentarse a negociar antes de que el movimiento tomará la fortaleza suficiente habría producido sólo resultados y soluciones a corto plazo. Hoy son otros los temas puestos en la agenda, relacionados. Y era algo con lo que conviviamos con aparente calma.



2) Ojo con los subidos al carro

Una cosa es simpatizar con el paro de los estudiantes. Otra muy distinta es hacer apoyos institucionales al movimiento. Reconociendo que tengo cierto negativismo a priori, no veo con buenos ojos que tantos actores no directamente involucrados (universidades, colegios particulares, partidos políticos) apoyen la movilización ahora que está "marchando sobre ruedas" y ha logrado dialogar con el gobierno. Me huele sospechosamente funcional a posibles "agendas ocultas".
¿Será tan sincero el apoyo de los universitarios o en algún momento cuando se negocien los beneficios inmediatos, de corto plazo, no van a pedir su tajadita para los créditos universitarios? ¿Será que los colegios privados no están lavando las culpas por la desigualdad del país o es que sinceramente están dispuestos por sacrificar "algo más" que sólo un día sin clases?

Les daría el beneficio de la duda a todos los "revolucionarios renovados", salidos directamente de la inmovilidad a dirigir el movimiento. Pero hay que tener cuidado con que no intenten quitarle el micrófono a los estudiantes públicos. Su postura es la más sincera y consecuente de de todas (son ellos quienes están siendo educados bajo este sistema educacional) mientras que la mayoría de los otros actores "no viven en el país que gobiernan".

3) Ultima cosita...

Un aspecto que me parece evidente y que siento ha sido poco remarcado en los análisis que he leido es que el movimiento en general ha tenido una profunda orientación anti-neoliberal y meritocrática; es decir, en contra de que se lucre por la educación por un lado, y con mejorar la desigualdad de oportunidades por otra.


matias

domingo, mayo 14, 2006

El circo del Sol y nuestro etnocentrismo alienado


Hace unas dos semanas tuve la dicha de sentarme en una de las butacas del espectáculo Saltimbanco que ofrece el Cirque de soleil en la Carpa de la Ciudad Empresarial. En verdad no fui yo sino mi madre quien rescató algunas entradas para que mi tío Javier y yo pudieramos venir a gozar de este espectáculo de clase mundial. Antes del minuto uno ya sabía que vería algo maravilloso.

Como muchos ahí, aplaudía a rabiar a la pequeña caminadora sobre la cuerda, me atemoricé de ser sacado al escenario por el expresivo mimo y me enternecí por la familia gimnasta. Mientras estaba allí sentado pensaba que el show era bastante.. mmm… bueno. En verdad, me di cuenta que yo no podría estar tan seguro de afirmarlo porque pese a que digo gustar del circo (“como no, qué piruetas tan lindas”) reconozco que ni siquiera he ido al circo de los Tachuelas cuando aterrizan en General Velásquez todos los septiembres.

¿De dónde me nació entonces este furor repentino por las piruelas artísticas y las jugarretas de los payasos? ¿Una iluminación celestial, la aparición de una súbita vocación artística? Lo dudo. Más bien creo que es un rasgo más de nuestro etnocentrismo alienado, la querida y vapuleada elite de Chilito.

Etnocentrismo alienado significa que uno considera a una cultura foránea superior a la nativa, un síntoma bastante parecido al reverso del patriotismo. Por supuesto, aquí no se trata de que existan culturas superiores o inferiores de otras sino que simplemnte y, al igual que cuando hablamos de personas, las culturas pueden tener mejores desempeños en indicadores específicos pero resulta difícil –por no decir imposible en nuestra era posmoderna- volver con la cantinela de culturas mejores que otras.

Es decir, reafirmar nuestra negativa a aceptar lo mestiza de nuestra matriz cultural. Y, por favor, no se trata aquí de no ir a ver Saltimbanco. Nada de eso. Simplemente de que vayamos a Saltimbanco a disfrutar de un buen show de circo y no de uno de los constantes “espectáculos internacionales de renombre”.

Algo parecido me ocurrió con el recital de U2 en Chile. A menos que sintiera por ellos una devoción musical casi religiosa –rayando en una adicción patológica- jamás pagaría medio sueldo mínimo por ir a verlos. Obvio que no fui. La duda con la que permanezco es si realmente Chile es un templo de adoración a Bono o una cultura sobreexcitada con el éxito.

Raya para la suma: puede que no sea tan exagerado como lo planteo, que nuestro aumento en el PIB per capita ya nos permita como país acceder a espectáculos de orden mundial no solamente asombrados por su éxito internacional, pero la actitud parece sospechosa. Más adicción y arrribismo que gusto sincero por el arte o la música.



matias