domingo, abril 22, 2007

el efecto de la cultura en transantiago: el lío de los numeros

Los medios de comunicación han repetido como loros que el Transantiago implicará un inmenso cambio cultural en la vida de los santiaguinos. Sin embargo, se ha profundizado menos en el “contenido” de ese cambio cultural, en las pequeñas modificaciones a las que nos puede costar acostumbrarnos. Para nadie es novedad que hay pequeños detalles, como el nombre que se le da a los objetos o acciones, la forma en que se comunican los cambios que pueden definir el éxito o el fracaso de un proyecto. De eso y de un poco más es de lo que hablamos acá. Aquí no hablaremos de los aspectos técnicos que han causado estragos estos días sino de como la cultura impacta en procesos de cambio como estos.

Esta semana me he encontrado con bastantes personas preocupadas de que ahora transitará por la avenida un solo recorrido donde antes transitaban varios. Les preocupa especialmente que las micros que circulen den a vasto con las personas que toman locomoción por dicha avenida. Es decir, asemejan el número de recorridos con el número de microbuses que circulará. Si hasta la Tercera el jueves 15 publicaba que habían bajado los decibeles en el centro porque pasaban menos recorridos.

Esto obviamente es una concepción errorea de cómo funciona el nuevo sistema en la actualidad. Pero es una concepción que está en los usuarios que debe ser corregida, enviando el mensaje correcto. Si no, las personas se pueden sentir innecesariamente degradadas o insultadas por el Transantiago. El mensaje que debe transmitirse entonces es claro: “Si bien ahora hay menos recorridos, hay más micros por recorrido”.

Siendo honesto, esto último tampoco es completamente cierto. El parque de microbuses de Santiago se reducirá de ocho mil a cinco mil quinientas máquinas. El punto es que ahora la mayoría de los nuevos buses son articulados pero tienen más capacidad de pasajeros. Pero con ello, el problema a nivel comunicacional se complejiza más. ¿Cómo explicar de manera clara y sencilla que ahora existirán menos buses y menos recorridos pero que la capacidad del sistema no se verá afectada?

La respuesta, a nivel técnico, es fácil y clara. Los buses del transantiago son más grandes y los recorridos más cortos (inclusive los troncales). Aterrizarla para que todos los santiaguinos lo comprendamos a cabalidad resulta un poco más difícil, compleja.

Estas confusiones que los santiaguinos tenemos en la cabeza se explican en parte porque nuestra cultura es de base concreta. Lo que las personas ven o tocan es “más real” que lo que se argumenta o dice. Ejemplos de ello ha por montones: la tasa de interés de la multitienda le importa menos a las personas que cuanto es la cuota mensual que deben pagar.

Lo central acá es cómo, a partir de que nuestra cultura es más concreta que abstracta podemos hacer entendible las modificaciones para todos los santiaguinos, sin exclusiones. Veremos que es un desafío con que toparemos continuamente.

matias

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