lunes, junio 18, 2007

Perdón por lo sincericida

Que me perdonen los moderados, pero es profundamente saludable que el proyecto original de ley para inyectarle 151.960.000.000 pesos al Transantiago falle este martes.

Primero, porque esa inmensa tracalada de plata no se va a gastar en mejorar las condiciones del sistema ni condiciona esos recursos siquiera. Ni un sólo peso de esas lucas va para comprar más buses, construir paraderos, remplazar la eterna implementación tecnológica, instalar más centros bip! de carga, apurar la construcción de los corredores de Santa Rosa, implementar medidas contra la evasión o cualquier otra inversión en infraestructura. No, no y no. Con o sin el dinero la humillación diaria y heroicamente silenciosa de los santiaguinos continuará su constante via crucis. La ley es simplemente es para darle respiración boca a boca –para contenerlo en la UTI- a este enfermo blanco con franjas verdes. Para mantenerlo conectado al respirador artificial hasta diciembre.

Aunque como votante de la Concertación me duela hasta el tuétano reconocerlo, el domingo pasado Melnick dijo lo desgarradoramente cierto: el dinero se va a usar para no pagar el costo político del dantesco error de comenzar el proyecto en febrero. Ese dinero se está usando para acallarnos como ciudadanos, para evitar que el alza del pasaje de un servicio que es básico y monopólico nos haga reaccionar.

Aquí que me perdonen los pragmáticos: ese costo debe pagarse ahora, en el ojo del huracán. Si el proyecto cae, se hundirían con él Belisario Velasco, Viera – Gallo, Lagos Weber y Andrés Velasco. Nada personal contra ellos, pero es el terremoto que la política chilena necesita para asumir con entereza la crisis y no pasarla por el lado.

Por eso deben pagarlos Ministros, Subsecretarios, Gerentes y todas las personas del Ministerio de Transportes, Obras Públicas, Hacienda y el AFT que tuvieron sus manos ensuciadas con esto. Deben pagarlas por las millones de horas-hombre perdidas por los trabajadores, por la fuerte degradación de la calidad de vida en esta ciudad, por el efecto del proyecto en la economía nacional, por todo el sufrimiento que se vio en un comienzo como mero “costo de implementación”. Basta de paliativos señores, hay que disparar sobres azules a discreción. La ciudad se merece algo más que disculpas balbuceadas que suenan a disco rallado, sin efectos concretos. Y no hay apuro, que la Presidenta y toda la Concertación la pagaran en la encuesta CEP en dos semanas más.

Que lo sepamos bien desde un comienzo: se están colocando 30 mil pesos por cada santiaguino sacando dicha inversión de los impuestos generales de la Nación. Ese dinero representa 4 años completos del Presupuesto de Investigaciones de Chile, más de la mitad de la inyección a Educación que la misma Bachelet anunció el 21 de mayo, 6 veces el presupuesto anual de la Contraloría General de la República.

Esa montaña dinero va para que no quiebre el sistema de financiamiento, no para mejorar el sistema de transportes.

Segundo, porque si el Presidente del Senado junto con el Vicepresidente le hacen sendas indicaciones al proyecto, por algo será. Más allá de sus conflictos mezquinos e individualistas que cada uno de ellos mantenga con las directivas de sus respectivos partidos, es una señal potente e inequívoca.

Las negociaciones del Gobierno con los parlamentarios oficialistas y de oposición han sido un horrible ejemplo de prepotencia y extorsión (perdónenme los cautos por el lenguaje violento pero ajustado a los acontecimientos). El gobierno ha confundido la premura de los recursos con pasar la aplanadora por Valparaíso haciendo llamados a la disciplina para evitar la discusión de los temas de fondo: ¿es adecuada esa suma de dinero? ¿?cuales es la modalidad de entrega de dichos recursos? ¿Qué medidas de infraestructura se van a realizar en conjunto con la inyección de recursos?

Si finalmente la ley se aprueba entregando ciento sesenta y ocho mil millones de pesos para el Transantiago más una cifra equivalente para regiones (una cifra equivalente al Davilazo de los ‘90s), la historia recordará que gastamos gran parte de nuestros excedentes del cobre en salvar a una guagua que nació media muerta. El despilfarro del salitre será un mal chiste al lado de este condoro.


matias m, aprovechando el tiempo libre que da la cesantía


aquí un bonus track, la opinión de Frei: "no sacamos nada con inyectar fondos al sistema para salvarlo de la quiebra e impedir el alza de tarifas, si esto no va aparejado de una mejora sustancial en la calidad del servicio. De lo contrario, seguiremos dilapidando recursos entregándoselos a quienes han hecho mal su tarea. Por lo mismo, es que también pedimos al Ministro de Transportes que presente a la brevedad un plan alternativo al Transantiago para ponerlo en práctica si éste no entra a la brevedad en proceso de franca mejoría."

1 comentario:

Anónimo dijo...

No MAs Plata para el transantiago, ya es problema de privados.

Señor Ministro de hacienda, ud que dijo que estábamos al nivel de paises de europa, venga a iquique, dese una vueltecita por las calles de la ciudad, y verá que estamos al nivel de bolivia y mas abajo de peru.

Es ridículo siquiera pensar en darle un peso mas a una mierda de proyecto, no entiendo como alguien puede diseñar algo tan caro y malo!!.. con esa plata le compran autos a cada santiagino mejor.


Para Ud ministro..
Como Ud tiene chofer y vive en un barrio pudiente cree que todo mundo vive así.

La gente se muere en los hospitales, mi hermano perdió sus dos dedos por una atención deficiente.

Este país está hecho bolsa por esta gentuza ordinaria que llega al poder, es cosa de ver a los partidos de izquierda llenos de gente mediocre en su pensamiento, fruto de la falta de leche en su infancia.