miércoles, noviembre 30, 2005

sobre Perls y otras hierbas

a continuación, un informe que tuve que hacer para Técnicas Guestálticas...
volones del mundo psicológico no más.

referencia: Perls, Fritz (1978) Sueños y Existencia. Charlas I a IV.



En verdad esta es la segunda o la tercera vez que leo estas charlas de Perls. La primera vez fue para teoría Humanista hace ya tres años y mi recuerdo es más bien vago, difuso. Me acordaba solamente de las focas que les echa a los clientes que intentan de manipular la situación, del perro de arriba y de abajo y de que me reí montones. Del resto, ni señas.
Quizás no quería acordarme tampoco. Hace tiempo que siento que ando un poco desorientado con esto de hacerse insight sobre las cosas de uno mismo. Y digo desorientado porque no siento si en estos últimos años he dado los pasos adecuados o me he perdido más en la nebulosa. A lo mejor Perls o alguno de sus secuaces podría decir que me estoy acercando al impasse. Quiero ser un poco más específico: estoy desorientado respecto a como yo era hace un par de años atrás. Antes era un tipo que tenía las ideas respecto a la vida más claras, era más eficiente en mi desempeño académico, quizás menos consciente de un montón de conflictos conmigo mismo pero me creía más sano. Actualmente me doy cuenta de la dificultad que tengo para llenar esta página, para sentir efectivamente los sentimientos de otro, para encarar a las personas. Hoy me creo menos el cuento, aunque todo transcurra de manera aséptica, casi indolora.
Es curioso, pero siento la necesidad de escribir algo para demostrar que me
leí –aunque tardía y apuradamente- el texto de Perls. Partí subrayando las frases claves, aunque mi experiencia sistemática es que al subrayarlos no los retengo adecuadamente. Además que a fin de cuenta no se trata de acordarse de lo que Perls o mengano o sutano decían, sino de que lo que ellos dicen le haga sentido a uno en la vida. Pues bien, en ese aspecto siento que estoy más adoctrinado que antes para defenderme: más textos leídos, más autores de apellidos conocidos a los cuales citar –al estilo APA, para que vean que soy serio-, más cuentos que me han contado mis amigos o que me he contado yo mismo sobre las cosas que me pasan. Si antes me defendía con una Colt, ahora cuento con un tanque listo para la blitzriech.
Tengo más argumentos pero yo les creo cada vez menos. Incluso a Perls antes le creía -o más bien me impactaba su pirotecnia estética- más. Ahora intuyo que cada uno escoge sus argumentos según como decida la guata. Y mi guata está cada vez más dura (como el carácter).
En algún momento de la carrera llegué a la convicción de que para poder ser un buen psicólogo, junto con manejar los modelos y técnicas que enseñan por acá, había que vivir múltiples experiencias enriquecedoras, distintas. Vivir una semana con pirquineros de Ovalle, aprender a desobedecer y a equivocarse, conversar hasta la madrugada de política, fútbol y desgracias con gente que conociste una noche en un cité, hacerse un examen de VIH e ir temblando a buscar los resultados, etc. Que más allá de la teoría o la especialidad que uno escoja lo importante es que el otro y uno compartamos experiencias. ¿Cómo voy a entenderlo si nunca he sentido miedo, rabia, júbilo? En ese sentido siento un cierto desprecio por el pensamiento excesivo, por la “computadora” que nombra Perls (obviamente que cuando digo esto estoy diciendo al mismo tiempo que yo pienso a veces demasiado y con eso corto el flujo de la experiencia). Yo diría que uno más que saber cosas tiene que saber hacer, actuar en el mundo.


Ahora, volviendo a Perls, una característica nueva que noté en el texto en esta releída es que por primera vez relacioné todos los términos que usa Perls con el lenguaje cognitivo actual, especialmente entendiendo los roles como objetos parciales de la identidad (como máscaras, a fin de cuentas) y la identidad como mediadora entre el sujeto (sujetado) y la realidad. Como la identidad al final se cristaliza en un carácter que determina y ordena, a fin de cuentas, al propio Dasein o sí-mismo y su relación con la supuesta realidad. Tal vez sea eso o que mi profesor de laboral sea también medio guestáltico y nos halla pasado gato por liebre.


matias

1 comentario:

Diego Cooper dijo...

Matías
Esta "ficha" es la primera de auto ayuda que leo. Y sí, define bien tu actitud ante la vida en el ultimo tiempo.
He tenido la suerte (o desgracia) de conocerte y ser muy amigo tuyo desde muy chico, por lo que te conozco muy bien a tí y a tus fases. Ahora la pregunta es sí esta forma de vivir será una fase más (como la de las verdades) o bien está para quedarse.
Tengo el temor de que, en parte por la edad, empezamos a gozar menos las cosas y se van llenando de a poco con polvo, perdiendo el brillo que antes veiamos.
Si bien es cierto que a medida que adquirimos experiencia perdemos simultaneamente capacidad de asombro, no hay que dejarse llevar por el aburguesamiento que nos ataca.
Te propongo un plan de contingencia para salir de esto.
Hoy corremos el riesgo de perdernos. Hay que hacer algo.
Hablamos